Aceites Usados de Cocina: Problemática Ambiental, Incidencias en Redes de Saneamiento
Los aceites de origen vegetal principalmente de girasol y de oliva son los que tienen un mayor uso en el ámbito doméstico y hostelero, donde se utilizan en los procesos de fritura provocando a los mismos cambios en su composición, que hacen necesaria su sustitución por aceites nuevos. Esta sustitución es obligatoria que la haga un gestor autorizado en el caso de la hostelería, siendo los principales consumidores los hogares de este tipo de aceites, muchas veces este aceite acaba vertido en el fregadero o en el WC.
Según el MAGRAMA el consumo del aceite en los hogares españoles (junio 2012 a mayo 2013), se sitúa en 12,8 litros por persona y año. El 41% es aceite de oliva, le sigue el oliva Virgen con un 28,8% y en tercer lugar el de girasol con un 27%. Anualmente se consumen5 unas 850.000 Tm de aceite.
Los gestores son los encargados de dar una nueva vida a este deshecho destinándolo, finalmente, a la producción de biocarburantes principalmente y accesoriamente a otro tipo de industrias no alimentarias. Esta gestión del residuo (si se usa para quemar) o del subproducto (si se transforma en otro producto) conlleva a un menor consumo de recursos naturales, principalmente combustibles fósiles.
Como datos globales podemos indicar que se recicla aproximadamente un 75 % del aceites del sector Horeca y un 20 % del aceite producido en los Hogares, quiere esto decir que queda un margen de mejora importante y una labor de concienciación, sobretodo en hogares para la reutilización de este residuo. En esta labor son los Ayuntamientos principalmente los que deben facilitar los depósitos de estos residuos en contenedores en la vía pública, aunque la presencia de estos suele ser escasa cuando no inexistente, además de la colaboración ciudadana. Resulta esencial para mejorar el acercar a los niños estos hábitos del reciclaje de cara a tener mejores resultados en los próximos años.
Los aceites que no reciclamos son fuente de contaminación de ríos, mares o lagos y causando problemas de atascos y sobrecostes en su depuración en las redes de saneamiento. Se dice que 1 sólo litro de aceite puede contaminar unos 1.000 l de agua aunque hay estudios que demuestran que su poder contaminante es mayor.
La liberación de aceites y grasas al medio acuático, como sustancias hidrófobas de menor densidad, además de provocar un impacto estético, aportan otros contaminantes, en gran medida, afectan al intercambio gaseoso. Así, estas sustancias, una vez entran en el medio acuático, se difunden por la superficie reduciendo la oxigenación a través de la interfase aire-agua y la actividad fotosintética, ya que absorbe la radiación solar, disminuyendo así, además, la producción interna de oxígeno disuelto.
El vertido de estos aceites en nuestros hogares, provoca atascos, al interactuar con los restos de otros jabones, creando pelotas de grasa que hay que quitar. Además al llegar a las estaciones de depuración, esta agua contaminada es mucho más cara de tratar por lo que eleva los costes de su depuración.
Resumen:
- Al aceite se le puede dar otra vida después de su uso para lo que es necesario su reciclado.
- El no reciclado de este producto puede provocar el atasco de cañerías así como elevar los costes de depurado.
- Es altamente contaminante si no se trata.
- Todavía no reciclamos lo suficiente, hay margen de mejora.
- Hacen falta campañas de concienciación y mayores medios para el reciclado de estos aceites.